Un escenario dificultoso que dejó un sabor amargo, quedó atrás. Se bajó el capítulo pesca de la Ley ómnibus. Lo próximo es presentar un modelo superador y equilibrado para evitar que el Estado imponga modelos sin base sólida y perjudicial para el caladero, la sociedad, los trabajadores y las empresas. Pero para ello hay que sincerar y transparentar conforme a derecho cada ámbito de trabajo dentro de la cadena pesquera, fundamentalmente el ente legislativo que dicta normas y resoluciones que han permitido un gran desliz en la actividad. Unos por acción, otros por omisión, todos responsables.